La Princesa de ojos azules~

-No puede ser. Tiene que haber una cura, un remedio.- Dije entristecido cuando el médico dijo que a Alice le quedaban escasos días de lucidez mental, incluso se olvidaría de mí. Sentía que me fallaba la respiración, sentía los pulmones hincharse y deshincharse sin sentido, no solo lo olvidaría a él, también olvidaría escribir, leer, incluso comer. Olvidaría todo aquello que hacía diariamente.
-No Daniel, por el momento no hay cura para el alzhéimer.- Respondió el joven doctor mirándome de forma entristecida, pero tranquila.
-Cariño- comenzó mi querida Alice- cuando pierda facultades envíame a una residencia de ancianos, he realizado el formulario para que tú no tengas que hacerlo, incluso lo enviaré si así lo deseas. No quiero ser una carga para alguien a quién amo.
-No.- Me negué en rotundo tirando la silla hacía atrás. Ella apretó mi mano y me suplico con sus gastados y sabios ojos azules.
-Hemos sido felices, concédeme ese deseo antes de morir.- Me suplicó ella con los ojos llorosos, no podía decirle que sí… pero a su vez no podía negarme.
-Yo…- Replique.
-Por favor, prométemelo-
-No puedo…- Le respondí apartándole la mirada.
-Por favor…-
-Lo prometo- Dije al fin, no podía resistirme al silencioso ruido de sus lágrimas rozando su mejilla para desembocar en sus pálidos y rosados labios, ahora maquillados por aquella capa de angustia.
-Señor Barcrof, mañana les enviaré el recetario de medicinas para las dolencias.
Salimos del consultorio y volvimos a casa, sí mi princesa moría, sí ella ya no estaba… ¿Qué haría yo sin mi princesa? Un anciano gris y triste, eso sería cuando ella no estuviera junto a mí, alegrando mis mañanas con ese suave murmullo al levantarse, riñéndome por dejar las cosas desordenas, riéndose con los telediarios, buscando las noticias más interesantes para darles su toque cómico cuando me las contará… ¿Qué podía hacer yo por mi princesa?
-¡Oh Daniel!- Me respondió ella haciendo eco de mis pensamientos –No puedes hacer nada por mí. Ámame hasta el final de mis días- Dijo mirándome, le devolví la mirada con el labio superior tambaleándose, sentía unas irracionales ganas de echarme a llorar, y lo haría cuando ella ya no pudiera decirme nada.
-El olvido no es excusa alguna para que deje de amarte, Señora Barcrof- Le respondí acariciando una de sus mejillas, marcadas por el paso de las estaciones.
Pasaron los días y Alice comenzó a olvidarse de cosas, pero nunca de mí. Yo le leía poesías y le hice recordar cómo se leía o escribía cuando comenzó a olvidarse de hacerlo, cada día olvidaba algo diferente, pero me amaba más y más cada día que pasaba. Yo solo podía corresponderla del mismo modo. Apenas dos meses después lo recordó todo, me hablo de nuevo con aquella suspicacia suya, con su sabiduría.
-Daniel, amor mío- comenzó- te dije que me instalaras en una residencia, puede que mañana no, quizás el otro tampoco… pero pronto me olvidaré de ti aunque no quiera. Es el momento, no quiero que veas cómo me olvido de la persona que más amo.- Me rogo con sus profundos ojos azules.
-Yo… no puedo Alice-
-Lo prometiste- lloriqueó ella –lo prometiste Daniel.- De sus ojos azules brotaron lágrimas de cristal, que surcaron sus arrugadas mejillas debido al reproche.
-Alice…- Asentí levemente, sopesando la posibilidad del suicidio en cuanto ella no estuviera allí.
-No hagas nada que pueda herir tu salud, tanto física como mental. Lisa cuidará de mí en la residencia, ella te mantendrá informado.- Dijo de nuevo leyendo mi mente con aquella facilidad suya.
Al día siguiente la casa estaba vacía, mi princesa ya no estaba allí, me sentía solo, sumido en la oscuridad de mis pensamientos, sumido en una bruma que quería borrar todo recuerdo hermoso de Alice para evitar sufrir. Fui a ver al joven doctor, el cual me habló de un experimento en el cual cogían ciertas células para luchar contra la enfermedad que padecía Alice, luego experimentaban el resultado en los humanos. Fue suficiente. Busqué toda la información que me permitían mis reducidas fuentes y me fui al lugar del encuentro.
Un hombre vestido con una bata blanca me abrió la puerta del departamento.
-¿Señor Barcrof?- Preguntó el hombre arrastrando las sílabas. Asentí. -¿Sabe de qué se trata el experimento qué estamos llevando a cabo?- Asentí de nuevo, sin articular palabra alguna ante el medio de echar a correr si se me presentaba ocasión.
-Pase por aquí.- Me instó con un suave gesto de mano. Lo seguí por un largo y sinuoso pasillo, cuando acabo el pasillo entramos a una pequeña habitación con una camilla, una mesa y unas sillas, me pidió que me sentara en una silla y comenzó a explicarme todos los detalles del experimento. Me citó a primera hora del día siguiente.
Me dirigí a una papelería cercana al laboratorio farmacéutico en el cual se realizarían las pruebas, compre un pequeño cuaderno de notas y un bolígrafo y comencé a escribir.

DÍA 0.
Mañana comienza el experimento, no estoy seguro de que me vaya a gustar. Odio las agujas y según me ha explicado el hombre de la bata blanca que introducirán unas células con el alzhéimer para que vaya a tratarme y ver si con ello encuentran una solución. Lo único importante para mí es que lo hago por mi princesa, quizás esto sea la cura que necesitan los que como ella padecen esta enfermedad. Volveremos a estar juntos, lo sé. No he conseguido avisar al doctor que atendió a mi querida Alice para avisarle de mis planes, tampoco he podido hablar con Lisa… pero espero que todo salga bien.
DANIEL BARCROF.

DÍA 1.
Acabó de salir de la operación, me han comentado que todo parece ir bien. Sé las consecuencias que conlleva el hecho de que realizando esto, pero por Alice no me importa, la amaré eternamente, incluso si me olvido de su nombre o su rostro, siempre quedará conmigo lo mucho que la amo.
DANIEL BARCROF.

DÍA 5
Ayer me encontraba mal, para ser sincero no he escrito nada en estos días porque me olvide de donde había colocado el cuaderno. También me paso que perdí las llaves del coche, luego resulto que las había dejado puestas en el mismo coche… supongo que ya esto me hace efecto.
DANIEL BARCROF.

DÍA 10
No recordaba donde estaba mi casa, una hermosa jovencita me llevó hasta ella. Me dijo que trabajaba para mí, su nombre es Lisa. Es una chica encantadora, me preparo de comer y me limpio la casa, me llamo Señor Barcrof. Me hizo gracia que me llamará señor, no soy tan viejo… creo.
Señor Barcrof

DÍA…
Sigo vuscando lo que me llebo a realizar el experimento. Mi princesa me espera en algún lugar, lo sé, no recuerdo donde me espera, pero sé que lo hace.

DÍA…
Tengo la sensación de que se me olvida algo importante, pero aun así hoi a sido un día mui interesante. He conocido a un señor llamado Alex, era un doctor mui simpático, comenzó a decirme que no era propio de mi… que había abandonado la única cordura que me quedaba, pero se apiado de mí a pesar de que yo no lo recordaba. Aora estoi en un nuevo ogar.
E conocido a una chica mui guapa aunque me da vergüenza ablar con ella.
Mañana le preguntare su nombre.

DÍA…
Al fin e ablado con ella. No me dijo su nombre, me dijo que no tenía, yo la e llamado Alice… es bonito ¿verdad? Ella me llamo Daniel, a mí me gusta mucho como me llama ella, me gusta como lo pronuncia, como me mira con sus profundos y bellos ojos azules. Estoi enamorado de ella, sus ojos me lo an mostrado. No sé porque pero me siento completo de nuevo, como si ubiera estado mucho tiempo escondido o fuera de mi ogar.
Daniel.

DÍA…
Alice i io emos empezado a salir. Ella dice que siempre me a esperado. Yo la amo y por supuesto, la creo. Ella es aora mi princesa de ojos azules, mi único amor por siempre jamás.
Daniel.

es preciosa la historia, pero creo la deverias haber escrito en tercera persona ya que ellos no se acuerdan ni de escribir, no se que la hubiera contado lisa, en un principio es triste pero tiene un final precioso y te hace ver una luz donde nunca la habra.

Escribir Daniel si lo recuerda, porque él empieza olvidando algunos detalles sólo.

Tu historia es muy bonita, esta muy bien y para mi gusto es original, sobre todo lo del diario, es algo tipico, que usas para escribir las cosas que te pasan, yo tengo uno incluso (^.^) pero en la historia es como si lo escribiera para tener presente que fue lo que incito a Daniel a someterse al tratamiento. El final es lo mas bonito de la historia, es como si volvieran a empezar de nuevo lo que ya tenían y en cierto modo es conmovedor, bueno en resumen la historia es preciosa y me gusta mucho. ^^

Muchas gracias. :3
Se supone que el médico le dice que para seguir el tratamiento debe anotarlo todo, pero se le va olvidando que es lo que tiene que hacer.